El cimbronazo del fármaco
“Robin Hood” era uno de los locos del manicomio que escribía
estas palabras. Su entrevista era con “El Zorro”, otro de los locos que le
contaba su historia acerca de un tío llamado “Julio”, a quien idolatraba
fervientemente.
El Tío Julio también había estado encerrado en un manicomio.
En otro. La causa era el asesinato de un jugador del hipódromo, en un ajuste de
cuentas.
“El Zorro” idolatraba tanto a su tío Julio, apodado “el loco
lindo”, porque quería vengar su muerte. Resulta que había sido arrollado por un
colectivo que pasó en rojo sobre una de las avenidas del Bajo Flores.
Luego de semejante tragedia, su madre le había dicho al
apodado “El Zorro”, que se deshiciera de las armas de su tío Julio. Al “Zorro”
se le partía el corazón con sólo pensarlo. Fue así que parafraseando la memoria
de su tío decidió vengarse de la muerte de su tío, asesinando a todos los
colectiveros que se cruzaba por la calle con las mismas armas que su tío
albergaba en su casa.
“El Zorro” fue declarado insano por una sentencia judicial
que no tuvo apelación, al no poder pagarle a su abogado defensor. Sin embargo,
al defensor le quedaba un resquicio de moral. Tuvo piedad por la insanía de
este muchacho. Tocando todos sus viles contactos, pudo convertir la prisión
perpetua del juez en el ocasional encierro del condenado en un hospicio. El juez
necesitaba dinero para comprar un piso en Nueva York y el abogado defensor se
hizo cargo de las “costas” del juicio, arreglando por afuera de la justicia.
El abogado defensor terminó psiquiátrico a causa de su
utopía de querer hacer justicia y no conseguirlo. Fue por ello que terminó
encerrado junto a “El Zorro”, quien le contó la historia de su Tío Julio. Justamente
hoy la está escribiendo en estas palabras. “Robin Hood” es uno de los locos del
manicomio cuyas palabras están siendo leídas por usted en este momento.
Los locos, los borrachos y los niños dicen siempre la
verdad. Sin embargo, cuánta gente anda suelta ocupando cargos públicos o
decidiendo los destinos de este maltratado país. O huyendo “de vacaciones” a
Punta del Este cuando las papas queman. Paradojas de la vida. Cimbronazos del
cóctel de fármacos.
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