Cuando Hegel te copa el bocho
-No tenes por qué escribir si no sabes que decir -pero quiero sentarme a escribir. -¿Por que? ¿para que? -Porque tengo la necesidad de expresar algo. -¿Qué? -No sé. Lo que me pasó en el día. -¿Y a quién le importa eso? -A mí. -Listo. Esta todo dicho. -¿Acaso no te importa lo que me pasó? -La verdad que me chupa un huevo y la mitad del otro. -Bueno, habrá gente que sí le importa. -¿A quién? Si todo el mundo está en su mambo. -Yo también tengo el mío y sin embargo me pongo a escribir. -Y bueno, hacelo. Si alguien lee lo que pensas te doy un premio. -Yo no quiero ningún premio. Sólo quiero contar (me) lo que me pasa. No sé. Se me aclaran las ideas. - Vos no te aclaras ni con toda la luz de Eden. -A lo mejor no. Pero quizás le encuentre la vuelta. -¿A qué? -A la vida. -No tiene muchas vueltas la vida. El que se enrosca sos vos. -Sí, pero me desenrosco escribiendo. -Bueno, hacelo y no me rompas mas las pelotas. -Yo te rompo las bolas? -Vo