Mente en blanco en el cuarto oscuro
Por otro lado, la oposición a todo. Tal es la oposición a la
oposición que termina hablando de un país al que no se postula como presidente.
Está bien. Empatiza. Pero de la mejor forma que puede empatizar Piñón Fijo. De forma
circense. Dejando pasar el tiempo que tiene para hablar lo que tiene para
sacarnos del pozo. Del pozo depresivo que esta el que no tiene laburo. Este lo
invita a mirar a Ecuador. Y el tipo quiere laburar en su país.
Del otro lado, está la oposición al gobierno de turno. Que sumó
una bocha de puntos en las PASO. De la mano de un candidato que transó con
Magneto y que estuvo al lado de Massa, panqueque con dulce de leche que lo
endulzó a diluir su Frente Renovador y terminó haciendo lo mismo. Todo bien. Es
política. En la política es lícito aliarse. Está bien que eso pase para acceder
al poder. El sistema lo permite. Todos lo hacen. Alianzas y desuniones que
llevan a ser vasallos del sistema capitalista. La pregunta es hasta dónde tiene
que intervenir el estado en la economía. Si mucho o poco. Si lo dejamos librado
al azar (como hace el gobierno de turno) vivimos la exclusión de una gran masa
de la población y el privilegio de unas pocas empresas multinacionales amigas
del presidente. Si intervenimos en la economía como se debe, para que no haya
excluídos, caemos en la Venezuela a la que hoy nos parecemos.
Ni hablar, o mejor sí, de candidatos como Espert o el pelado
de doble apellido que me hace acordar a un papá que reta a los argentinos como
si fueran sus hijos: no te drogues, vago, anda a laburar, falta que diga. Pero bueno,
este es el panorama político con el que nos encontramos.
Me olvidaba de Lavagna. El candidato con cara de Droopy que
esta muy feliz de haber formado parte del gobierno de Néstor Kirchner y que le
dijo al Fondo Monetario Internacional que no le íbamos a poder pagar hasta
tanto no nos recuperemos internamente, allá por el 2003 o 2004. Con cara de
cordero degollado, y con la voz de un pastor que le habla a sus súbditos.
El panorama político de hoy en día me dice que el
kirchnerismo, con Alberto Fernández a la cabeza, es el único que puede sacar a
un gobierno neoliberal, según la lógica de las últimas elecciones. Que vivo. Vos
queres estar del lado de los ganadores me dicen algunos. Puede ser. Pero por
qué son ganadores. Porque sacaron a un país del colapso y de un default en el
2003. Porque saben cómo hacerlo. Porque cuando lo hicieron nos volvieron a
hacer creer en la política y reinstauraron la discusión y el debate político. ¿Todo
a costa de perder amigos? No es culpa del kirchnerismo que se pierden amigos. En
todo caso, la culpa es un nefasto invento católico. Hablemos de
responsabilidad. ¿Quién fue el responsable de que mi amigo macrista o
kirchnerista no me hable más ni me salude por la calle? ¿Vamos a culpar al
kirchnerismo o al macrismo de la perdida de amigos? ¿No seremos nosotros que no
estamos a la altura de disentir con alguien que piensa distinto y aún así
seguir siendo amigos, o hijos, o padres, o hermanos, o primos, o del afecto que
se trate?
En fin, el 27 de octubre son las elecciones. Esperemos que
todo transcurra en paz y armonía. Es una nueva jornada democrática, aunque nos
cueste creer en ella. Esta. Y nos costó mucha sangre conseguirla. El día en el
cual un pueblo decide sus destinos. Queda en nosotros, internamente en cada
uno, qué modelo de país queremos seguir teniendo. Creo que lo de Ni votos, Ni
botas nos queda muy lejos. Ojalá podamos vivir sin un papá estado que nos diga
qué es lo que tenemos que hacer. Pero creo en lo más íntimo que aún no estamos
capacitados como seres humanos. Que gane el mejor, para el pueblo. Y ese pueblo
somos todos. Macristas, kirchneristas, albertistas, espertistas, peladistas,
todos. Así que a ponerse las pilas y votar a conciencia y con mucha memoria.
Comentarios