Día del periodista
Esencia. Qué palabra que se va perdiendo con el paso de los
años. Se va desfigurando cuando aparece el maldito dinero, el vil metal. En pos
de ganancias más acumuladas, se va perdiendo el foco sobre la pureza de las
actividades, haciendo que las mismas muten en virtud de lo más cómodo que es
alcanzar una tremenda calidad de vida, sacrificando la calidad del hacer.
En el día del periodista he visto tremendos discursos sobre
la libertad de prensa y el periodismo independiente y la duda acerca de la
existencia de ambas utopías se hace cada vez más fuerte en virtud del método
cartesiano.
Me pregunto yo: ¿existe la tan anhelada libertad de
expresión cuando se condena a una persona por sus dichos, por más aberrantes
que sean? Existe la independencia en el periodismo cuando las empresas
periodísticas dependen a 100% de los auspiciantes que le dan vida al medio?
Cada vez Descartes se me hace más gigante. Me lo imagino en
una gigantografía como acto del periodismo independiente. Una imagen de
Descartes haciendo así con las dos manitos, como diciendo “¿Dónde está la independencia
y la libertad de expresión?
Creo que tenemos que reflexionar sobre eso. Más un día como
hoy, en el cual se conmemora el nacimiento de La Gazeta de Buenos Aires, el
primer periódico patrio fundado por el abogado y periodista Mariano Moreno,
asesinado en alta mar por alguien que lo quería callar. Nada ni nada menos que
su compañero de la Primera Junta, Cornelio Saavedra. Lo mandó en una misión
diplomática hacia Inglaterra. Durante la embarcación sufre una descompensación
y lo curan con veneno, una orden emanada del propio Cornelio.
Acá se pueden hacer miles de metáforas con quienes quieren
acallar las voces disidentes y molestas al statu quo vigente en una época
determinada. Sin embargo, hay periodistas que luchan día a día por enfrentarse
a la verdad a cualquier precio. Incluso la propia vida, como la que le costó al
reportero gráfico, José Luis Cabezas, que congeló una imagen que le costó la
vida. O al propio Rodolfo Walsh, que inventó un género literario, la novela de
no ficción, que después utilizó Truman Capote en “A Sangre Fría”, contando un
hecho sucedido en la realidad pero contado narrativamente como una novela: es
el caso de “Operación Masacre” (1957), que narra el asesinato a mansalva de un
grupo de personas en un basural, durante la dictadura de Aramburu. Y la famosa
Carta a la Junta Militar de 1977 que le costó la vida.
Por eso, antes de hablar de periodismo independiente y de
libertad de expresión, hay atrás toda una historia sangrienta y nacional, que
hay que revisar para no repetir. Para que se pueda hablar sin pelos en la lengua
y sin la necesidad de poner un manto “moral” e hipócrita sobre las cuestiones
que nos afectan a todos.
Una hermosa profesión como esta se honra de esta manera. Sacando
a la luz lo que el poder no te deja mostrar porque no le conviene. Teniendo de
aliado a un pueblo que espera información rigurosa y sin falsas y dolosas confusiones en
detrimento de la verdad y a beneficio del bolsillo del editor.
A todos aquellos los que luchan por hacer un periodismo
responsable y sin la necesidad de venderle alma al diablo, feliz día.
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