El Zapping y la nada cerebral

Si hay algo que ya está claro es la mutación del ser. Hasta que muere. Y aún sigue siendo si es que algo dejó. Si es que dejó algo valedero para que siga perenne en los seres que quedan. Gente que no. Gente que quedó por algo.
No hay duda de que el Estado debe intervenir en la salvaje economía de mercado. Y más si se trata de la economía capitalista, cuyo máximo exponente es el libre mercado. El mercado libre es tan salvaje que puede pasar cualquier cosa en su seno. Una de las cosas más salvajes que puede generar es el acérrimo individualismo y el ensimismamiento. Que es lo que genera las grandes catástrofes como el hambre, la pobreza y la miseria humana. Un hombre que pugna por satisfacer sus más perversos deseos, llevado por su hedonismo, cada vez más controlado por los panópticos del Gran Hermano. La fábula de Orwell no era tal. Es tan real que se vislumbra tras las cortinas de humo de las fábricas del imperio. Hipercontrolados, vamos como traslúcidas cadenas que acechan nuestras manos que se creen libres de todo fantasma subversivo que venga a corromper la súbita elección frente a una vidriera de shopping.
Borges era un gran escritor. Se mantuvo prácticamente ajeno a la realidad social imperante. Un tipo que, lejos de creer en una ideología política, la detestaba con todas sus fuerzas. Algunas voces afirman que era conservador. Cual si la falta de ideología política manifestada en palabras, no tenga una ideología de fondo que impera. Desde lo mass media, hay una tendencia a reproducir la ideología dominante del poderío económico. Hay gobiernos que se enfrentan a eso y otros que dejan hacer, dejan pasar. Por ende, la neutralidad en la ideología está lejos de ser cierta. Siempre hay una ideología que domina la mentalidad de un escritor. Sin embargo, Borges quedó en la historia. Volviendo al principio.

La culomanía tinellista televisiva es una de las formas de evasión que tiene el televidente sentado a la mesa del hogar con unas pringles y una birra en mano, con la panza al aire al mejor estilo Homero Simpson, el mejor ejemplo del producto de un sistema que se empeña en idiotizar cabezas para mantenerlas controladas. En épocas de calor,con el ventilador pegado a la humanidad del televidente. La única manera que tiene ese desgraciado de estar lo más cercano posible a un culo hecho. Bien hecho. No sean mal pensados. O sí. Pero me refiero a las siliconas y atoda esa clase de productos químicos y láseres que se comió ese culo en la vida. tal como se ve en el cíclope de cristal que devora ambición, cantaría Mollo. Una forma más de las tantas que se usan para no pensar en problemas. Una venta más de la ficticia felicidad que vende la T.V. (te vende)

Uno de los chistes que saca la tv es que “el tipo era tan sorete que cagaba por la boca”. Eso se ve. Ese humor básico en el cual se basa un medio que va dirigido al argentimedio, como llama Feinmann al argentino de clase media. Cagaba toda la mierda que tenía en la cabeza. Esa mierda se le había acumulado de tanto mirar culos en televisión. Los mismos culos que cagan la mierda que el televidente se traga. O sea que el televisor pasa a ser un inmenso culo de todos los culos que se ven por ahí. Un culo que compite por otro para ver quien lo tiene más hecho. Y a ver quién caga a quién en la lucha por la elevación del salario. El que más trepa es el más lindo y pomposo.

Van a decir que eleskritor se volvió escatológico. No hago más que repetir lo que se ve en un zapping de verano birra en mano, con el ventilador a cuestas y con la panza al aire: fiel retrato del idiotizado Homero Simpson. Estoy averiguando si algo me deja. Como decía al principio. Y no. no hay caso. No te deja nada, salvo algunos canales de cultura. Que no por nada tienen el más bajo rating. No quiero dar nombres de canales porque van a decir que fomento política. Que hago política. Pero, como decía Rally Barrionuevo, “política hacemos todos al caminar…”

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