Moreno en su tinta
El 7 de junio de 1810 , Mariano Moreno funda el primer
periódico patrio. Este mismo día se propuso como día del periodista en
Argentina para que los trabajadores de la tinta tengan un tiempo para …¿brindar?
Don Mariano no tendría problema si se tratara de gente que
no tuviese vínculo alguno con el poder. Pero se tornaría difícil para estos
tiempos demostrárselo. Demostrarle que aún existe el periodismo independiente. Cosa
rara en “raros tiempos de felicidad éstos, en que se puede pensar lo que se
quiere y decir lo que se piensa…”. Esta frase la expresa la portada del diario
La Gazeta. Con ella se introduce un debate acerca de la libertad de expresión
cuando dice “no se reprima la inocente libertad de pensar en asuntos de interés
universal; no creamos que con ella se atacará jamás impunemente al mérito y la
virtud, porque hablando por sí mismos a su favor y teniendo siempre por ámbito
imparcial al pueblo, se reducirán a polvo los escritos de los que indignamente
osasen atacarles…” se reconoce entrelíneas cómo lo reconocía al pueblo en la
virtud y función de árbitro de los actos
de gobierno y como búsqueda de la verdad que esbozaba en otras frases como : “…la
verdad como la virtud, tienen en sí mismas, su más incontestable apología…”
Mariano Moreno fue periodista. Y como tal, su pluma escupía
mucho fuego. A la hora de hablar de la justicia, de la revolución o de la
venganza. Al pasión era la guía de sus caracteres. Luego de que haya ordenado
el fusilamiento de los contrarrevolucionarios que actuaron en la asonada del 1°
de enero de 1809 en Córdoba, con Liniers a la sabiola, y de que este hecho haya
conmovido la conciencia popular, redacta un manifiesto explicando el por qué de
los hechos. Lo describe Sergio Bagú: “…escribe con el reposo del estadista y el
vigor del caudillo…”
Según este autor, Moreno justifica la empresa americana que,
una vez “…caduco el poder central de la monarquía, la voluntad pública, esa
entidad todopoderosa de tan acentuado carácter rousseuniano, reemplaza al
príncipe…” Para este autor, la Revolución de Mayo tiene improntas doctrinarias
de la Revolución Francesa. En cambio, para Ricardo Levene Moreno no conocía
dicho proceso que desembocó en 1789. Desvincula el mote de “jacobino” al Plan
de Operaciones perpetrado por Moreno.
Con frecuencia se lo ve como el paladín de la libertad de prensa.
Tal vez porque fundó el primer periódico patrio. Pero no fue el primer
periodista. Este fue Francisco Antonio Cabello y Mesa, a quien se le atribuye
la creación del Telégrafo Mercantil (1801). Posteriormente, llega Hipólito
Vieytes con Semanario de Agricultura, Industria y Comercio (1802) y luego, la
aparición de una publicación de Manuel Belgrano que se llamaba Correo de
Comercio, a principios de 1810. Como se verá la prensa nace de una necesidad
del mercado. Para difundir noticias meramente comerciales.
Jorge Lanata, en su libro de historia Argentinos, hace una
revisión histórica de la fecha de la fundación de la Gazeta de Buenos Aires. Segú
las investigaciones que realiza, se fundó el 2 de junio. No el 7. También duda
de la defensa que el prócer hace de la libertad de prensa, afirmando que “la
Gazeta era el órgano oficial de un gobierno revolucionario y no un periódico
independiente…bajo el título de La Libertad de Escribir, Moreno escribió lo
siguiente:´…debe darse absoluta franquicia y libertad para hablar de todo
asunto que no se oponga en modo alguno a las verdades santas de nuestra augusta
religión y a las determinaciones del gobierno…´”.
Lanata no trabajaba para Magneto todavía. O sea que quizás
haya sido sincero con la investigación. Aún creía en ese entonces que Clarín,
fundado en el 45 o 46, por una aristocracia presidida por los Noble, era el
enemigo público número 1, ya que se empeñaba en buscar “una solución europea a
los problemas argentinos”, como lo planteó la Revista Barcelona, refiriéndose
con ironía a este actualmente no tan multimedio.
Pero volvamos a Moreno. Sin perjuicio de que haya escrito
eso o no, le costó la vida enfrentarse con el poder. Y cuando su pluma escupió
fuego, hizo falta un océano para apagarlo.
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