La valoración de un vacío
Cierta gente
valora lo que no tiene. Tiende a evitar los extremos en un intento de afán
racional es espiritual de sofá. Se marean en alternativas vanales en una
continua y permanente insatisfacción provocada por ciertas comparaciones con el
bienestar ajeno que lleva en sus muñecas pulseras rojas contra la envidia. Brujerías.
Con lo que
fui. Con lo que soy , con lo que pude haber sido. Con lo que no estoy conforme.
Piensan. El conformismo es mediocre, dicen.
Un sentido
común tan subjetivo hace las veces de generador de decisiones erróneas. De común
no tiene nada el sentido, en definitiva. Lo que es común para él no es común
para aquél.
Un autor
dice que el hombre que sólo se basa en la voz de la razón tiene la mente
esclavizada cuando no tiene la fuerza
suficiente para domarla y tomarla como lo que es: un mero instrumento o
herramienta.
Se debe
evitar los extremos. Extrema riqueza o extrema pobreza. Evitar desigualdades. ,
si queremos vivir sin odios ni violencia. Violencia es mentir dice un
graffitti. La naturaleza social del hombre no me deja mentir. A quien piense
distinto, el azar lo tomó por engaño porque un grupo de fracasados también fue
tenaz y persistente en su lucha. Y no siempre el esfuerzo y la tenacidad
desembocan en el éxito tan anhelado por la sociedad en ascenso. Riesgoso generalizar
sobre particularidades.
De rápida
lectura y circunstancial felicidad son libros de autoayuda de bienestar
personal. En ellos se buscan principios. Dan tranquilidad , amalgaman la
ansiedad.
La manipulación
a la hora de preferir está dada de antemano con estrategas del marketing que
marean ametrallando alternativas para decidirse por la más funcional a la economía misma.
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