En busca de la Fe Perdida
Sin embargo, aún subsisten algunos resabios feudales en el
poder que insisten en imponer una visión moralina acerca del proceder del
conjunto de la sociedad, dictaminando acerca de la bondad o maldad de
determinada acción a juzgar, sin que se asome ni un ápice, la igualdad de
contextos económicos, políticos y sociales en el que juzgador y juzgado
nacieron, crecieron, se desarrollaron y murieron, a veces, en vida biológica.
¿Qué es la fe? Hoy en día, con el avance subrepticio de la
tecnología, cada vez que nos preguntamos acerca de algo, acudimos directamente
al dispositivo móvil que empezó siendo un aparato inalámbrico (sin cable) para
hablar por teléfono y terminó siendo una mini computadora a través de la cual,
si nos desconectamos por cualquier motivo, parece que nos desconectaran del
respirador artificial, porque morimos virtualmente, y quedamos fuera de todo
círculo social, desconectados, y con mucho miedo a la soledad, provocada por
ese mismo aparato al que no podemos dejarnos de conectar ni un minuto, ni un
segundo.
Sin embargo, no todo es infernal. También existe el paraíso
cuando a través del mismo dispositivo móvil podemos acudir a la inmensa
telaraña mundial llamada “la interné” por los viejos, pobrecitos, tan afuera y
tan adentro de sistema, por medio de la cual accedemos a las fuentes de
conocimientos de todo tipo: economía, política, sociedad, cultura, deportes y
lo que uno quiera, mientras tenga este dispositivo, muy caro por cierto, para
determinada clase social, lo cual, ya configura una perversión más del sistema
económico capitalista de libre mercado, con o sin la intervención del estado,
sostenido por un régimen democrático, que se refleja sólo en las fechas
electorales.
Pero no nos vayamos de tema. ¿Qué es la fe? La inmensa
telaraña mundial nos ofrece una definición en castellano, en el sitio de
internet que se llama Google, uno de los buscadores más buscados por la
cibernética, donde podemos encontrar de todo, con sólo poner una palabra
cualquiera. Google te ofrece todo, imágenes, videos, mapas, noticias, más
(libros y finanzas), preferencias (configuración de búsquedas, idiomas y
lenguajes, la activación o no de los filtros de búsqueda, o que se muestren
todos los resultados de la misma, búsqueda avanzada, historia y ayuda) y las
herramientas a través de las cuales podes especificar la búsqueda en cuanto a
país, idiomas, fechas, palabras.
Pero no nos vayamos de tema. ¿Qué es la fe, después de todo?
Luego de analizar este célebre sitio de búsqueda que algún inventor llamó
“Google”, que por otra parte, te ofrece “buscar en google” o una tecla en el
monitor que se llama “Me siento con suerte”, a través de la cual podes acceder
a los “doodles”, cuya denominación te la da el mismo sitio, con su pertinente
significado de alta egolatría y exaltación de yoísmo de la empresa principal
estadounidense subsidiaria de otra multinacional estadounidense Alphabet Inc.,
cuya especialización son los productos y servicios relacionados con internet,
software, dispositivos electrónicos y otras tecnologías. También se relaciona
con empresas que cultivan la biotecnología, la salud, las telecomunicaciones y
la domótica (sistemas capaces de automatizar una vivienda o edificación de
cualquier tipo, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar
y comunicación, que pueden estar integrados por medio de redes interiores y
exteriores de comunicación, cableadas o inalámbricas y cuyo control goza de
cierta ubicuidad, desde dentro y fuera del hogar. “Domótica” es un término que
proviene de la conjunción de dos palabras: “Domus”, que significa “casa” en
latín, y autónomo (que se gobierna a sí
mismo) ;etimológicamente, significa “Casa que se gobierna sola”.
Pero no nos vayamos de tema. Hablábamos de la fe. ¿Qué es la
fe? ¿La fe? No sé, pero la acabo de perder.
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