No somos los mismos de ayer
Intento rodearme de cuestiones que regocijen mi espíritu
vapuleado, luego de un año de caídas y vuelta a levantar. Golpe a golpe, beso a
beso, me reconstituyo como un ser que aún no perdió la fe. Intento recuperarla
día a día con el afecto de la gente que me rodea. No toda por supuesto. No toda
la gente te rodea. No toda la gente te afecta. No todos son afectuosos con uno.
No tienen por qué serlo.
Mientras, uno camina. Va buscando. Buscando un sitio donde
sentirse uno mismo. Sin más influencias que el propio deseo. Focalizando en lo
importante. “Lo importante”. ¿Qué es lo importante? Entre tanta confusión se
desdibuja. Entre tanta miseria espíritu por la búsqueda de lo material se
desvanece.
Hay un muro en Facebook que dice que no nos vamos a llevar
nada al cajón mas que a nosotros mismos y lo que fuimos y lo que dejamos de
ser. Está plagada de frases el Facebook. De frases que quedan en la
virtualidad. ¿Las llevamos a cabo o quedan en esa pantalla que nos atrapa sin
más y no nos deja llevar a cabo eso que nos dice porque nos quedamos mirando un
pedazo de plástico con un minitelevisor plagado en colores virtuales que no nos
permiten ver lo que sucede ahí mismo, donde estamos parados?
Hay un bar que se regocija no tener wi fi para que la gente
se anime a conversar. Después de todo, nos comunicamos a través del habla ¿no? “Besos
por celular”, adelantaba la canción de Divididos. A ver que nos decía “Spaghetti del Rock”:
Pistones de un curioso motor de humanidad
resortes viejos de este amor que va.
Memoria hostil de un tiempo de paz sin paz.
Narices frías de una noche atrás.
Besos por celular
las momias de este amor
piden el actor de lo que fui.
Pantalla de la muerte y de la canción,
proyectos de un nuevo spaghetti del rock.
Cíclope de cristal devora ambición,
vomita modelos de ficción.
Remontar el barrilete en esta tempestad
sólo hará entender que ayer no es hoy
que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui.
Besos por celular
las momias de este amor
piden el actor de lo que fui.
Remontar el barrilete en esta tempestad
sólo hará entender que ayer no es hoy
que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui.
Obvio que no. No somos los mismos de ayer.
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