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Mostrando las entradas de julio 14, 2015

Otra Vez ganó el neoliberalismo en la Capital

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Los montoneros negociaban con sus víctimas Born. Época de Menem. A Carlos Saúl I le convenía que los llamados dos demonios estrechen sus manos durante su gobierno mientras que él mirara desde afuera, desde adentro, esa estrechez. Ese cruce de manos de la que hablan los peronistas cuando quieren ningunear a la izquierda diciendo que la izquierda y la derecha se dan la mano. En este caso era para seguir la tura del dinero que había pagado el viejo Born para el rescate de los hijos. O por el hijo de uno de los dueños de la empresa más grande de la patria setentista. 60 mil millones de dólares era la cifra, mientras Born y Galimberti (ex de Susana) se hacen socios bajo la mirada del Corcho Rodríguez (ex de Susana). Los militantes ya estaban muertos. Algunos. Otros, acusados de delación mientras eran torturados por la siniestra maquinaria militar. La cúpula montonera negociaba con su más acérrimo enemigo. Miles de muertos y desaparecidos. ¿Qué habrían pensado? Hoy ya no piensan porque ma

El llanto de la noche

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Es día de frío y llega a la casa. Abre la puerta y no sabe con lo que se va a encontrar. El sentado en el sillón, esperándola. Ella viene de hacer cosas. El no sabe qué. A esa altura ni le interesa. Tan metido cada uno en lo suyo, se dan un beso. Se saludan como una cuestión de cortesía. No porque querían saludarse. Las cortesías suelen ser desganadas. Suelen ser, por momentos, circunstancias obligadas de la vida que, como todo lo obligado, disminuye a ultranza la voluntad. Este era un caso de esos. Donde ambos estaban tan lejanos y tan cercanos a la vez. Tan cercanos que dormían juntos. Sólo dormían. No se arremolinaban entre las sábanas como tiempos pasados. No se buscaban con las piernas uno encima del otro. Tampoco se pedían disculpas si uno le cambiaba el programa en el televisor si el otro estaba mirando. Ya no había ganas ni de pelear ni de exigir nada. Era una inercia insoportable la que vivían, perdiendo toda clase de intensidad en sus vidas. Los pequeños logros no lograb