Jekyll &Hyde: los eclipses de Mauricio
Mauricio Castro es el director de este musical*Toca una
temática ríspida en cuanto a la reticencia a transformar la realidad desde la
ciencia*La medicina contra las tradiciones conservadoras de Inglaterra del
siglo XIX* Y por supuesto, una historia de amor; mejor dicho: dos.
Mauricio se sentó a escribir qué es Jekyll & Hyde (ver
recuadro). Le habían preguntado qué era cuando manifestó la idea de realizar un
musical de Broadway en Mercedes. Una persona muy allegada a él y que sabe mucho
acerca del tema le dijo: “estás loco”. Y, definitivamente, Mauricio encarna el
personaje principal de este proyecto super ambicioso. Tan ambicioso que hizo
actuar a su propio padre: Raúl Ñeque Castro. Claro, una obra que toca la
medicina actuada por dos médicos. Pero no, Padre e hijo encuentran quizás una ínfima
relación con su profesión.
-Mauri, ¿qué van a hacer el viernes, sábado y domingo?
-Vamos a hacer la comedia musical que, como ya deben saber a
esta altura, se llama Jekyll & Hyde. Es un clásico de Broadway, en Londres.
Esto es una adaptación hecha por mí. Data de fines de siglo XIX. Está
ambientada a esa época.
-¿De qué trata la obra?
-En líneas generales, se trata de la pasión que pone cada
uno con las cosas que hace y la entrega que hay en eso. Cuando realmente hace
algo que le gusta. Eso, a nivel individual. Y a nivel social, habla de la
sociedad misma. Lo bueno que tiene esta obra es que se puede llevar o extrapolar a cualquier época. Si bien está
ambientada a fines del siglo XIX, concuerda perfectamente con la realidad. Ese
es el mensaje que tiene la obra. Tanto a nivel individual con cada uno de los
personajes como a nivel grupal. Se puede traer a esta época y a épocas
anteriores también.
- ¿Se puede hablar de un avance desde la ciencia y la
reticencia de una sociedad conservadora a aceptar esos avances?
-Sí, se puede ver desde ahí. Pero más que nada habla de una
conducta social. Porque toca temas que estuvieron toda la vida.
Fundamentalmente la hipocresía. Después toca temas tan ríspidos como la
pedofilia en el clero. Es el reflejo de problemas sociales que han ocurrido
siempre y van a seguir ocurriendo. Porque son cosas que no tienen solución.
-Hay una canción del musical que justamente habla de eso.
Una sociedad que quiere mostrar algo que no es. Justamente se llama Disfraz o
Fachada (ver recuadro). Y muestra justamente que detrás de esa fachada está lo
que realmente existe y se quiere ocultar.
-Sí, sobre todo en las grandes sociedades. Por ahí quizás
adentrándose en las provincias no es tan así. Pero en las grandes sociedades,
donde uno se preocupa en mostrar más lo que tiene que ser y no en lo que quiere
ser. El deber ser por sobre el querer. Sobre lo que uno desea. A veces es más
importante lo que dicen de uno que lo que uno quiere ser. Entonces, se trata
precisamente de lo contrario. Hay un personaje que es el protagonista que lucha
contra eso y tiene un proyecto que se ve truncado porque no concuerda con lo
que tiene que ser. Porque esa persona no encaja en esa sociedad ni creo que en
esta tampoco encajaría. Por eso digo que es una obra que se puede extrapolar a
cualquier tiempo.
-¿Qué te hizo invitarlo a actuar a tu papá? Una persona
reconocida por una trayectoria importante en las ciencias médicas desde hace un
largo tiempo.
-Nada. Él es un gran responsable de mi amor por el arte.
También el hecho de saber interpretar las cosas como a mí me gustan.
-En la obra hay un Consejo de Medicina. Jekyll es médico.
Vos y tu papá son médicos. ¿Tiene algo que ver su convocatoria con eso?
-No. Podría haber hablado de cualquier cosa. Casualmente
esta obra habla sobre un médico que estudia sobre el descubrimiento de una
droga para curar a su padre. Pero eso es un dato más abstracto. Porque se puede
llevar a cualquier oficio esto. Una repisa que un carpintero quiere hacer y no
lo dejan hacer. El mensaje es otro. Lo que hay que leer es entrelíneas. El tema
es cuando una persona tiene un objetivo para un beneficio, tanto personal como
general, y no lo dejan avanzar. La persona tiene una visión un poco más amplia,
cuando una persona tiene una mente más abierta. Demostrarle a la gente que las
cosas no son como realmente parecen. Y mucha gente se queda con lo cómodo, con
lo que se está. A veces la gente se queda cómoda con lo que tiene y no se anima
por miedo o por lo que sea. Otras veces se trata de conveniencia. La obra viene
por ese lado. A mí me gusta estar del lado incómodo. Y ver qué pasa. Soy de los
que se tiran a la pileta y después se fijan si hay agua.
Al lado de este transformador, estaba su padre. La gente lo
conoce como Ñeque Castro. Ninguno se lo imaginaba en un musical. Pero Ñeque se
animó. Su personaje es Sir Danvers Carew, que admira al Dr. Jekyll y lo quiere
proteger. “Me movió el desafío. Yo vengo de una generación distinta. Admiro lo
que hace Mauricio. Me hubiese gustado hacer lo que está haciendo. A parte de
ser médico, compartir el arte. De hecho lo hice durante muchos años. Pero poder
canalizarlo como lo veo yo, en una política transformadora de la realidad y, de
alguna manera, precursora en esta ciudad, como es un musical, que él lo viene
estudiando y viendo desde hace muchos años (éste en particular), y tratar de adaptarlo a lo que tiene
materialmente en Mercedes, me mueve a aceptar una propuesta como esta. Es un
orgullo y aparte es un desafío, por supuesto. Yo vengo del folklore, de los
boleros y cosas distintas a lo que es un musical. Paso de estar estático a
estar dinámico arriba de un escenario. Nada más ni nada menos en un musical
como este que es un megamusical. Una puesta en escena muy grande. Muy
desafiante y muy responsable.
-
Tu aceptación de participar en este musical, ¿se
puede relacionar desde tu mundo de la medicina?
-Mi aceptación es
puramente artística. Pero se podría relacionar desde el punto de vista de la
bioética. De personas que le quieren hacer un bien a la sociedad y son
vapuleados. Como el personaje. Y hay toda una sociedad de hipócritas que no lo
aceptan. Sin embargo, la filosofía última que pesa sobre esto es haber
escuchado a ese hombre que traía algo nuevo para la sociedad y no se lo
escuchó. Siento una gran responsabilidad como padre y como actor, aunque no lo
seamos. La verdad es que Mauricio sacó vino tinto de una piedra, salvo casos
excepcionales que ya son artistas ejemplares, como Juliana Azcurra y Julieta
Umezawa. Esto es una cosa muy nueva y muy buena. Y como médico que somos con
Mauri, ponemos la misma responsabilidad para el arte como para la medicina. Nos
dedicamos a la gente. No sólo para curar su cuerpo sino también para curar el
alma.
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