Ensayo sobre la Venganza
La venganza es una de las formas de contrapunto al punto de
vista del accionante. Es una contrapropuesta a la acción inesperada, como la
venganza. También inesperada. Para el que la olfatea., y vive perseguido
sabiendo que un día le va a tocar a él. El futuro vengado es presente
intranquilo. Hasta que es vengado. Un reacción catártica se apodera de su
realidad y lo lleva a los confines del sinfín. Algo que no deja respirar va a
salir. Algo que no deja dormir. Sacarse la espina del corazón que chorrea sangre.
Una herida que no cierra hasta el momento de la venganza. Un corazón hundido
por una daga y pidiendo auxilio en el medio del desierto. La venganza ofició
como una toma de aire en un asmático. Ya está. Respiré.
Sin embargo , hay algo que no me deja tranquilo. No sé qué
será . otra cosa. Además de esta sarta de nimiedades en torno a la venganza
debe ser la imposibilidad de poder completarme de la mano del círculo
incompleto de Sigmund Freud. Ese círculo llamado deseo. Como el tranvía que no
deja de pasar.
La incompletitud se asemeja con la idea de venganza. Porque
esta no termina ahí. Es una completitud momentánea que alega quien la emplea de
momento. Es por ese día. Pan para hoy, hambre para mañana. Pero no termina ahí.
El vengado también querrá venganza y la buscará donde el pasado vengador más le
duela. Entonces ahí Hollywood saca la segunda parte de la película en un
círculo vicioso que regenere la idea de que nos matemos todos. Como en Kill
Bill.
Ahora bien, rasgo característico humano como la insaciabilidad
no existe. Hasta el más conformista ya no se conforma más con lo que tiene.
Hasta el más pasivo resulta revolucionario. Hasta el más inverosímil rebelde
deja huellas de su pacífica rebeldía.
Entonces, si no es el vengado es el vengador. Si no es Carín
es el gobierno. Si no es el negro, quizás tenga que ser el blanco. Si no es
Pampita, es Julieta Prandi. Si no es radical, entonces será el peronista. Si no
es Lanata , entonces tomará la posta Víctor Hugo. Y así un sinfín de antítesis
que llegan a la síntesis que el hombre es una eterna incompletitud. ¿Te
llenaste? No te creo.
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