basta de violencia
El tipo vive
unos días de mierda. Es sincero. No lo disimula. No se siente bien y recurre a
todo tipo de bienestares momentáneos. El cree que la felicidad son fugaces
momentos. No sabe qué le pasa hoy. Su carrera futbolística, sus amigos, su
familia, su novia. Tiene una ensalada en la cabeza que quiere establecer y no
puede.
Su carrera
de futbolista lo hace soñar con un futuro. Sobre todo para sus hijos. El se
cree justiciero, aunque no cree en la justicia. Cree que los abogados son
chupasangre de gente con necesidades. Un verdadero vómito. No es imparcial para
nada. No cree en la imparcialidad. Es conciente de que siempre hay intereses de
por medio. La condición humana es subjetiva. Siempre hay un sujeto de por
medio. El que la lleva a cabo.
No tenía
ganas de estudiar. Por las noches no puede dormir porque piensa mucho. A veces
sale a caminar. Justamente porque no puede dormir. Sólo o acompañado. Pero
siempre susceptible a todo lo que le digan. Un acelerado el pibe. Pero
últimamente estaba poniéndose frenos porque los impulsos no eran buenos
consejeros. Quería hacer las cosas bien y a su debido momento. Pero como la
sujetividad, el desequilibrio es muy humano.
La
convivencia con sus pares iba más o menos. Pensaba en rajarse. Lo pensó más de
una vez. Una edad difícil. En off side vivía, en sus términos futboleros. Lo
caracterizaban por su rebeldía ante la vida. Quizás la edad o la personalidad
configuraban dicha característica.
Hoy, el
chabón es historia. Una corta edad. Tres hijos. Un futuro por delante que ya
pasó. Una ciudad que tropieza mucho más que una vez con la misma piedra,
víctima de la violencia callejera. Y se fabrican mentiras y se construyen
peldaños sobre esas mentiras. Y hay acusaciones cruzadas entre padres de niños
bien y padres de niños mal.
Lo cierto es
que es la tercera muerte por pelea callejera en el breve lapso de tres años. Un
record guiness para una ciudad que se caracteriza por esos records y cuyos
habitantes se escandalizan ante estadísticas de medios de comunicación que le
enrostra las cifras más escandalosas de la historia.
¿Que le pasa
a esta ciudad que no cesa la violencia? ¿qué es lo que le pasa a esta sociedad
cuyo grado de intolerancia es muy alto? ¿qué nos pasa que recurrimos a la
trompada fácil? Basta de violencia en Mercedes.
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