Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2012

Menos que existen los que no tienen nada que perder

Imagen
Me encontré con una persona que no tenía nada que perder. Y me hizo acordar a un tema de Silvio Rodríguez que dice “ …menos mal que existen los que no tienen nada que perder…” Lentamente, me fue contando que uno va recuperando las ganas de vivir que le había quitado la misma vida cuando se da cuenta de que vive. Y que estuvo a punto de perderla. Y cuando estuviste a punto de perder la vida la empezás a valorar cada día más sin dejarte influenciar por cosas sin sentido.   El me contó que tenía una vida tenue,aburrida, apagada. Que la gente alrededor camina lento, despacio, con cuidado, con excesivo juicio. La gente está asustada. Y el tipo se preguntaba por qué. ¿por qué vivimos así, en una paranoia permanente, con tanta violencia? ¿y por qué si vivimos tan mal, todo el mundo la banca la mala situación pero nadie la quiere cambiar? ¿tan masocas somos?, me preguntaba el hombre. Y continuaba. Si uno quiere cambiar las cosas, lo miran a uno como si fuera el bicho raro que ama

SAN AGUSTIN Y EL PERRO

Imagen
Bueno, muchas de las cosas que decía el perro que hoy recomendé se dieron en la realidad. Por ejemplo: que nadie puede decir que la Corte Suprema de Justicia, durante el menemato, siguió los designios del Ejecutivo. Muchas veces los interpretó por adelantado. Los jueces siempre tienen ideología. Radicales, liberales, conservadores que, llegado el caso , se ponen al servicio de gobiernos militares que reprimen al pueblo y al peronismo. Esto lo escribe el Perro. Así le dicen. Debe ser porque cada letra es un mordisco en la nalga de quienes se creen intocables. La justicia obstaculiza la justicia en al medida en que este autobstáculo se traduce en intereses espurios que ostentan negociados privados. En cuestión de no conveniencia, pone argumentos procesales que imposibilitarían una resolución “justa” de fondo. La forma como obstáculo del fondo. Como su límite antagónico oficiando como alcohol que quiere apagar un incendio. La connivencia como disimulo o tolerancia en el super

SAN MARTIN, LA ESPADA Y LA BALANZA

Imagen
Hagan la Corte, dijo Carlos Saúl I y la Corte se hizo (mierda). La construcción de un poder absoluto sin justicia ni control, según el perro Verbitsky que editó justamente acerca de este tema en editorial Planeta. El criterio del gobierno nacional sobre los organismos de control en una traducción muy simple: quien molesta lo sacamos de su cargo. La justicia penal como última ratio. Cuando le toca intervenir para investigar un delito es porque antes fallaron los mecanismos de control de gestión que deberían haberlo impedido. La concentración de un enorme poder superior al de los jueces aunque carezcan de facultades para privar a alguien de su libertad. La falta de rectitud en los controles, menos aún sociales; las víctimas reclutadas donde siempre: en la subordinación padeciente que nunca se pudo erradicar. El conjunto de normas penales recayentes cual martillo azotador de las clases más vulnerables. La contracara de la vertiginosa concentración de poder y la riqueza de