FELIZ DÍA DEL AMIGO
Militancia ardua. La de la vida misma. Durante todo el día. Todos
militamos de alguna manera. En la vida. se la hace peleando. Contra la
corriente. O no. Pero todos militan. Aunque ese término resulte político. Digo “aunque”
porque parece ser que lo político es mala palabra. Depende los círculos en los
que se maneje uno. En círculos de amistad podés hablar de todo. Porque para qué
están los amigos sino para ser escuchados. Un día del amigo como hoy nos
llenamos la boca hablando de un día enteramente comercial. Amigos se cuentan
con los dedos de una mano. Y sobran. O tenemos a Roberto Carlos que nos habla
de un millón de amigos.
Pero un amigo de verdad está dispuesto a escuchar las peores
atrocidades de su “amigo”. Desde los peores puteríos hasta la venta de un
compañero. Está dispuesto a escuchar acerca de sus fracasos, porque del éxito es
más fácil hacerse amigo, de los viajes a Europa, de los autos y pilchas nuevas,
de la compra de propiedades, de la venta de las mismas , de las billeteras que
matan galanes y amistades también. En fin, es fácil hacerse de amigos que estén
a la altura de la ola de éxitos, que estén en la cumbre de la ola. Esa ola que
siempre tiende a romper. Y quien está en la orilla esperando que rompa y te
tiende una mano para que te levantes y lo intentes de nuevo. Ese es el
verdadero AMIGO.
Las ambiciones extremas alejan, destruyen, quitan tiempo a
una charla. A unos mates quizás. A esas cosas que te llenan el espíritu de
grandeza. El identificarte con el dolor ajeno. Lo otro va cerrando puertas. Campanadas rotas que llevan
consigo cuervos cual palomas mensajeras de mensajes en forma de bocanadas de
fuego. Eso incendia una posible amistad.
Por eso, resistir. Un feliz día del amigo a quienes están
esperando que rompa la ola para tenderme una mano para levantarme, en las
malas, siempre. En las malas.
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