nido de serpientes
Un nido de serpientes
en el cual cada quien atiende su juego y el que no una prenda tendrá. Y no
estamos hablando de ropa, justamente. Cuchillos en la espalda , dagas en el
pecho, arenas movedizas que cuando están firmes están serruchándolas desde
abajo, alguien que te quiere pasar por arriba. Ese es la realidad en la que se
encuentra este infeliz.
A eso se le suma que
tiene que lidiar con gente que no tiene dos dedos de frente. Mierdas que escupen mierdas por los pasillos.
Gente que busca gente para cagarle la vida más aún de lo que la tienen cagada. Es
una suerte de reality donde quien no caga al que tiene al lado pierde. Una suerte
de gran hermano que quien controla gesta los conflictos de los que despotrica
en sus discursos. Se queja de que hay caos y es el primero que lo genera.
Tras una sonrisa se esconde un asesino serial que cuando no
estás te echa tierra hundiéndote en la miseria de un abismo del que es difícil
salir, no imposible.
“Te ponen el pie pa
verte caer”, canta un tema de Otra Vez Vos. Se llenan la boca hablando
ganzadas. Gestionan un mapa de beneficios propios a costa del sacrificio ajeno.
El que piensa pierde, mientras se matan entre ellos. En la disputa por ver
quien genera más súbditos. Gente sin huevos. Falsedad discursiva y fáctica. Lo ficticio
como ordenamiento a respetar. Penas que no valen la pena.
Resistir. Siempre. Sigan exigiendo cada vez más. Para seguir
o reventar. La cloaca con forma de cemento no tiene que influir a las
respuestas de los hechos, a la realidad misma sin palabrerío idiota cuyo único
fin es confundir las mentes de la idiota ignorancia. Ruedan cabezas por el sólo
hecho de la voluntad de ganarse un sustento digno.
Laburar. Eso es lo digno.
Laburando se transforman las cosas , es cierto. Se transforma la
realidad o se reproducen las injusticias. Puede haber dos opciones. Cuando algo
está mal, se para , se reflexiona, se corrige, se transforma lo que está mal y
luego, se sigue laburando. Superando etapas deficientes . Siempre.
Algunos dicen que hay que laburar, sin más. Agachar el lomo
y bancarse los latigazos. Como antes. Como hacían con los negros africanos
esclavizados que venían en los barcos desde Portugal (cuna de la esclavitud
medieval e histórico chupamedias británico) hasta Brasil. Pero la esclavitud se
superó y no gracias a dios, justamente. Gracias a los que se rebelaron contra
las injusticias.
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