Entradas

Mostrando las entradas de julio 11, 2011

MERCEDES DANZÓ

Imagen
Leyendo un par de crónicas que escribí en tanto iba a ver espectáculos en Mercedes, encontré esta que asesina prejuicios en torno en que en Mercedes no hay cultura. Decía así: “Una infinita muestra de energía se apoderó de unos cincuenta espíritus contemplativos de un inmenso show esbozado sobre las tablas del Teatro Argentino. De la mano de Carla Sordini, profesora a quien mucho no le gustó lo ocurrido sobre el escenario (como todo gran artista que desprecia su gran obra), el ballet municipal desplegó en forma de afro una serie de rituales conmemorativos de la riqueza que acompaña a toda diversidad cultural. Un público disperso acompañaba arengando los movimientos de estas chicas y de Jonatan (no se dónde poner la h), el único varón del ballet que, con una valentía inusitada e impresionante, afrontó la compañía de Marcela , generando una muestra de una pareja de candombe rioplatense, bajo la audición de Jaime Ross y Falta y Resto interpretando “siga el baile”. Para despedirse, el

DUMAS Y LA REALIDAD ACTUAL

Imagen
Edmundo Dantés. El protagonista de El Conde de Montecristo. Lejos de Pablo Echarri, la novela de Alejandro Dumas deja muestras de valor. No de valor en dólares ni en euros, sino de ese valor en épocas en que el mismo vale interés individual, a largo plazo, para infravivir. El poder lo mete preso sin pruebas. Es decir, con una prueba inventada en su contra por un problema de polleras y por una ambición de poderío de su contrincante, Fernando. ¿No suena real Dumas? Se hace carne acá, allá , en todas partes donde exista competencia carnal de quita de ojos y charco de sangre burocrático en pos de un puesto oficinesco. Ella, Mercedes, una vez más congraciándose con género femenino metiendo sus preciosa nariz en medio del bolonqui. Si no, traicionaría su condición. Ellos, engañando su condición, metiendo narices en pos de la homosexualidad reprimida quizás? No sé. La intención jamás es la misoginia ni la homofobia. No creo que Dumas se rebaje a semejante condición infrahumana. Hay un mito. L