UN DÍA PERDIDO
Henos aquí a la espera de la búsqueda por el departamento. Una vez más nos vamos sin móvil. Cumpleaños mi viejo. Sin regalo aún para ofrecer al ser feriado. Un feriado que recuerda un avirgen, según la historia de una religión. La virgen María. ¿Virgen? Hay estudios que la cuestionan. Cuenta la historia oficial que la dejó embarazada el espíritu santo. Nada más ni nada menos que de Jesucristo. Muy lejos del espíritu que absolutizó Hegel. ¿Una santo que es espíritu? Un santo que no es Biasatti. ¿Qué raro, no? Una mujer que de un día a otro aparece embarazada en los confines más oscuros de la prehistoria. Contada hoy con histeria. Porque a cada pregunta o cuestionamientos acerca de estas verdades supuestamente intocables, quien te lo explica se pone nervioso en el afán de que no te des cuenta de quién sabe qué. Le falta apretar un botón que diga “alarma de pensamiento independiente”, como en los Simpson. ¿Por qué tanta oscuridad en un dios que se jacta de ser luz? Quizás no sea dios sino