PUEBLOS CANSADOS DE LAS INJUSTICIAS SOCIALES

Diez días que conmovieron al mundo, John Reed. Un autor norteamericano que estuvo en la histórica toma del poder en la Rusia de 1917. Se republicó por el sello editorial Gallo Rojo y hoy se puede ver en las librerías de todo el país. ¡Qué loco! ¿No? Decir que un libro con un tema a tratar como este, tan controvertido, está vendiéndose en el año 2009, cuando aún dicen que cayó el comunismo y que ganó el capitalismo, uando la actual hegemonía mundial que está absorbiendo hasta al mismo Estados Unidos, es comunista: se llama China, mal que les pese a algunos espíritus occidentales y cristianos. ¿Por eso habrá tanta bronca con los chinos? No sé. El tema es que ejercen hegemonía mundial porque invadieron todos los mercados del mundo, abriéndose al mundo y ejerciendo políticamente un comunismo maoísta. Pero, en fin, el comunismo no cayó con la demolición de una pared. Eso es lo que quieren vender ideológicamente los medios capitalistas del mundo en un mundo dominado paradójicamente por el comunismo.
El prólogo de este libro, realizado por sus editores ( cuyo nombre es Antídoto), es de color rojo y negro, colores que son símbolo de la revolución. Tiene una serie de libros que hablan de Trotsky, Marx, Luxemburgo y otros que dan un antídoto para quienes piensan que la lucha de clases no existe más.
Es cierto que no se da con el calibre en que nuestro amigo Marx lo relataba. Pero muchas cosas pasaron como él vaticinó. Y como el mismo Kafka lo metamorfoseó con su cucaracha gigante. Y hoy no tenemos una revolución armada a la vuelta de la esquina, pero hay ciertas cuestiones que provocan estallidos sociales en diferentes focos de este hermoso mundo. Estas revueltas nos muestran las falencias de un sistema que no está pensado para todos. Y los que están afuera quieren entrar y  los que están adentro, quieren conservarse en la lata de su realidad a costa de transformarse en el lobo de su propia especie, citando de refilón a Hobbes.
En Diez días que conmovieron al mundo, el autor muestra cómo un pueblo organizado en los famosos Soviets de campesinos y obreros tomaron el poder, cansados de la guerra, el hambre, el frío, despotismos zaristas y sus privilegios;  sólo un pueblo digno puede tomar semejante decisión de dejar todo y unirse  a sus pares sufrientes para derrocar al gobierno provisional reformista de Alexander Kerensky. Esta es la historia. La historia roja y negra. Nada que ver con ñuls, diría el negro Fontanarrosa. Y la historia de tantos pueblos cansados de las injusticias sociales. 31/8/09.

Comentarios

Anónimo dijo…
Buen desarrollo del tema, pero hay algo que realmente me preocupa, que China comunista gana el "trono" dominando los "capitales", y desde ese punto de vista, el comunismo no está perdido, y el capitalismo? tampoco. No seremos unos burros con bonete y todo? y si esta división de buenos y malos, de bien y mal, está solo inventada para dividir la tropa entre "zurdos" y "fachos", mientras estos opuestos se arrancan los ojos, unos pocos se reparten las monedas.....No se ,hay algo que nunca me termina de cerrar del todo.(Mami)
castro a dijo…
a mi tampoco me cierra del todo viejita, pero si hay algo que tengo claro es que la gente no se puedde morir de hambre con la riqueza que hay en el mundo. en ese caso, la izquierda hizo muchisimo mas que la derecha para mejorar esa situacion.

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